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Oficina del Secretario de Prensa
2 de septiembre de 2008

Declaraciones del Presidente en la Convención Nacional Republicana
Vía satélite

9:54 P.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias, Laura. Buenas noches. Como saben, estoy aquí en Washington esta noche retenido por mis obligaciones, supervisando los esfuerzos del gobierno federal para ayudar a los ciudadanos a recuperarse del Huracán Gustav. Estamos agradecidos de que los daños en Nueva Orleáns y en la costa del Golfo sean menores de lo que muchos temían.

Felicito a los gobernadores de Alabama, Luisiana, Mississippi y Texas por su respuesta firme y eficiente coordinación con el gobierno federal. Les doy las gracias a todos los maravillosos voluntarios que se ofrecieron a ayudar a sus hermanos necesitados. Sabemos que aún existen peligros, incluso después de que la tormenta ha pasado. Por lo tanto, les pido a los ciudadanos en toda la región que presten mucha atención a los funcionarios locales y sigan fielmente sus instrucciones antes de regresar a casa. Todos nosotros tenemos a los pobladores de la costa del Golfo en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones.

Esta noche, deseo compartir con ustedes, reunidos en St. Paul, lo que pienso sobre nuestro candidato: un gran estadounidense y el próximo Presidente de Estados Unidos, John McCain. (Aplausos.)

Antes de hacerlo, deseo saludar a dos personas que esta noche, se encuentran con ustedes en el recinto. Para mí, no hay mejores ejemplos de temple, honestidad e integridad que mi mamá y papá. Y los quiero muchísimo. (Aplausos.)

Sé lo que se necesita para ser Presidente. En estos ocho años, sentado ante el escritorio Resolute, examiné los resúmenes diarios de inteligencia, las evaluaciones de amenazas y los informes de nuestros comandantes en los frentes. Me paré en las ruinas de edificios derrumbados por asesinos y les prometí a los supervivientes que nunca los defraudaría. Conozco las decisiones difíciles que recaen exclusivamente en el Presidente. La vida ha preparado a John McCain para que tome dichas decisiones. Está listo para gobernar a esta nación. (Aplausos.)

Desde el día en que se graduó, John McCain ha sido un respetado oficial de Marina que tomó decisiones de las cuales dependían otras vidas. Como funcionario público electo, se ha ganado el respeto de colegas en ambos partidos como la persona a seguir cuando es necesario tomar una decisión difícil.

La vida de John McCain es un ejemplo de servicio desinteresado. Hace 40 años en un campo de prisioneros del enemigo, se le ofreció al capitán de corbeta McCain su liberación antes que a otros que habían estado detenidos más tiempo. Sus heridas eran tan graves que, si hubiese aceptado, cualquiera lo hubiera comprendido. John se negó. Debido a esa noble decisión, sufrió golpizas y aislamiento durante casi cinco más años. Cuando fue liberado, le habían roto los brazos. pero no el honor. (Aplausos.)

Conciudadanos: Si el Hanoi Hilton no pudo acabar con la determinación de John McCain de hacer lo correcto por su país, pueden estar seguros de que la izquierda encolerizada jamás lo hará. (Aplausos.)

Como padre de siete hijos, John tiene alma de protector. Él y su maravillosa esposa, Cindy, son padres adoptivos. John es un líder que sabe que la vida humana es frágil, que la vida humana es preciosa, que la vida humana debe ser defendida. (Aplausos.)

En la capital de nuestra nación, hemos visto lo comprometido que John McCain está con los principios. John es un firme opositor del despilfarro fiscal. Como Presidente, se opondrá a quienes abogan por impuestos altos en el Congreso y hará permanentes los recortes tributarios. Invertirá en la tecnología energética del futuro. y eliminará la actual prohibición a la perforación petrolífera en alta mar en Estados Unidos. (Aplausos.)

John es un hombre independiente que toma sus propias decisiones. No tiene reparos en decirte cuando no está de acuerdo. Créanme, lo sé. (Risas.) Independientemente de cuál sea el asunto, este hombre es honrado y dice lo que piensa.

El año pasado, la independencia y el temple de John McCain ayudaron a cambiar el curso de la historia. Los demócratas habían asumido control del Congreso y amenazaban con negarles fondos a nuestras tropas. Ante clamores para que nos retiráramos, dispuse un aumento de tropas en Iraq. Muchos en el Congreso dijeron que no había posibilidad de que funcionara. Sin embargo, un senador, por sobre todas las cosas, tuvo fe en nuestras tropas y la importancia de su misión. y ése fue John McCain. (Aplausos.) Algunas personas le dijeron que su solicitud pronta e insistente de más tropas pondría en peligro su campaña presidencial. Él les dijo que prefería perder las elecciones que ver a su país perder una guerra. Ése es el tipo de valentía y visión que necesitamos en nuestro próximo comandante en jefe. (Aplausos.)

Mis conciudadanos, vivimos en un mundo peligroso. Y necesitamos un Presidente que comprenda las lecciones del 11 de septiembre de 2001: que para proteger a Estados Unidos, debemos permanecer a la ofensiva, evitar los atentados antes de que sucedan y no esperar hasta que ocurra uno nuevo para actuar. El hombre que necesitamos es John McCain. (Aplausos.)

Cuando asuma su gestión en enero, John tendrá una líder sobresaliente a su lado. Estados Unidos tendrá una vicepresidenta firme, de principios, en la gobernadora del gran estado de Alaska, Sarah Palin. (Aplausos.)

Durante el tiempo que la Oficina Oval ha estado a mi cargo, he mantenido cerca de mi escritorio recordatorios de la fibra moral de Estados Unidos, entre ellos la pintura de una montaña del oeste de Texas iluminada por el sol de la mañana. Me recuerda que los estadounidenses siempre han vivido en la ladera de la montaña donde nace el sol. Somos una nación que recibe cada día con confianza y optimismo. Y me siento optimista sobre nuestro futuro, porque creo en la bondad y sabiduría del pueblo estadounidense. Me siento optimista porque tengo fe en el poder de la libertad para inspirar a todos los hijos de Dios y guiar a este mundo a un futuro de paz.

Y me siento optimista sobre algo más: Cuando los debates hayan concluido y todos los anuncios se hayan transmitido y sea hora de votar, los estadounidenses examinarán detenidamente el criterio, la experiencia y la política de los candidatos. y emitirán sus votos por los candidatos McCain y Palin. (Aplausos.)

Aunque no estoy con ustedes en las Ciudades Gemelas esta noche tan inolvidable para nuestro partido, obviamente, con Laura Bush como oradora han salido ganando. (Risas.) Estoy muy orgulloso de que el pueblo estadounidense haya llegado a conocer su generosidad, la fortaleza de su espíritu y su gran corazón. Laura ha sido una Primera Dama fabulosa. (Aplausos.)

Gracias, Laura. y gracias a todos ustedes en el recinto esta noche. Que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos.

END 10:02 P.M. EDT


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