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Oficina del Secretario de Prensa
5 de abril de 2008
Discurso Radial del Presidente a la Nación
Buenos Días.
Les estoy hablando desde Europa, donde asistí a la cumbre de OTAN y fui testigo del progreso alentador de las democracias más jóvenes del continente.
Esta cumbre se celebró en Rumanía, una de 10 naciones liberadas que se han unido a las filas de OTAN desde el final de la Guerra Fría. Luego de décadas de tiranía y opresión, hoy en día Rumania es un miembro importante de una alianza internacional dedicada a la libertad. Y está poniendo un ejemplo audaz para otras antiguas naciones comunistas que desean vivir en paz y libertad.
Una de esas naciones es Croacia, la cual también visitaré en mi viaje. Croacia es un lugar muy distinto de lo que era hace apenas una década. Desde que lograron su independencia los Croatas han mostrado al mundo el potencial de la libertad humana. Han superado la guerra y las privaciones para construir relaciones pacíficas con sus vecinos. Y han construido una democracia cada vez más madura de los escombros de una dictadura.
Esta semana OTAN invitó a Croacia, así como la nación de Albania, a unirse a la alianza de OTAN. Estos países han logrado un progreso extraordinario en el camino hacia la libertad, la prosperidad y la paz. La invitación para formar parte de OTAN representa la confianza de la Alianza en que seguirán llevando a cabo las reformas necesarias y que serán fuertes contribuidores a la misión de OTAN de defensa colectiva.
Lamento que OTAN no pudo extender una invitación a una tercera nación, Macedonia, en la cumbre de esta semana. Al igual que Croacia y Albania, Macedonia ha cumplido con todos los criterios para membresía en OTAN. Desafortunadamente, su invitación fue demorada debido a una disputa en torno a su nombre. Yo dejé claro que el tema del nombre debería resolverse sin demora… que OTAN debe intensificar su compromiso con Macedonia… y que miremos hacia el día en que esta joven democracia ocupe su lugar entre los miembros de la Alianza OTAN.
Después de un siglo en que las grandes guerras de Europa amenazaron al mundo entero con destrucción, el continente ahora ha entrado en una nueva era prometedora. Hace menos de dos décadas, Albania, Croacia, y Macedonia sufrían bajo el yugo de la opresión comunista. Los pueblos de estos países saben lo que significa el regalo de la libertad – porque saben lo que significa que se les niegue su libertad. Saben que la muerte y la destrucción pueden ser causadas por los seguidores de ideologías radicales que matan a los inocentes en su búsqueda de poder político. Y estas lecciones las han llevado a trabajar al lado de Estados Unidos en la guerra contra el terror.
Hoy en día, soldados de Croacia, Albania y Macedonia están sirviendo valientemente en Afganistán – ayudando al pueblo afgano a derrotar a terroristas y asegurar un futuro de libertad. Y fuerzas de Albania y Macedonia también están sirviendo en Irak – donde están ayudando al pueblo iraquí a construir una sociedad que rechace el terror y viva en la libertad. Estas naciones han mostrado la máxima devoción al principio de la libertad – sacrificando para ofrecérsela a otros.
Albania, Croacia y Macedonia no son los únicos en desechar las cadenas de su pasado y abrazar la promesa de la libertad. Otra democracia creciente es Ucrania. A principios de esta semana, viajé a Kiev para expresar el apoyo de Estados Unidos al inicio del proceso de incorporar tanto a Ucrania como a Georgia en OTAN. En años recientes, ambas naciones han visto a decenas de miles salir a las calles para exigir pacíficamente su libertad que es regalo de Dios. Los pueblos de Ucrania y Georgia son una inspiración al mundo. Y me sentí satisfecho que esta semana OTAN declaró que Ucrania y Georgia “serán miembros de OTAN”.
Hace casi siete años, yo vine a Europa y hablé con los estudiantes y los maestros de la Universidad de Varsovia en Polonia. En ese día, declaré que “todas las nuevas democracias de Europa, del Mar Báltico al Mar Negro…deberían tener la misma oportunidad para seguridad y libertad – y la misma oportunidad para unirse a las instituciones de Europa”. Siete años después hemos logrado buen progreso hacia el cumplimiento de esta visión – y más trabajo queda por delante.
En muchas partes del mundo, la liberta todavía es una aspiración lejana. Pero en las antiguas ciudades y aldeas de Europa, está al centro de una nueva era de esperanza.
Gracias por escuchar.