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Oficina del Secretario de Prensa
6 de octubre de 2007
Discurso Radial del Presidente a la Nación
Buenos Días. Un compromiso importante del gobierno federal es el de ayudar a los niños más pobres en Estados Unidos a obtener acceso a la atención médica. La mayoría de estos niños están cubiertos por Medicaid, que gastará más de $35 mil millones para ayudarlos durante este año fiscal. Para aquellos niños que no son elegibles para Medicaid, pero cuyas familias están luchando, tenemos el Programa Estatal de Seguro de Salud para Niños, o S-CHIP por sus siglas en inglés.
Washington actualmente se encuentra en medio de un importante debate sobre el futuro de este vital programa. Yo apoyo firmemente a S-CHIP. Mi administración ha añadido más de 2 millones de niños a S-CHIP desde 2001. Y nuestro presupuesto para el 2008 aumenta el financiamiento para S-CHIP en un 20 por ciento durante cinco años.
Desafortunadamente, más de 500,000 niños pobres que son elegibles para cobertura S-CHIP no están inscritos en el programa. Al mismo tiempo, muchos estados están gastando fondos S-CHIP en adultos. De hecho, en base a sus propias proyecciones para este año fiscal, Minnesota, Illinois, Nueva Jersey, Michigan, Rhode Island y Nuevo México gastarán más dinero S-CHIP en adultos de lo que gastan en niños. Y ese no es el propósito del programa.
Esta semana, líderes del Congreso me enviaron un proyecto de ley profundamente defectuoso que llevaría a S-CHIP aún más lejos de su objetivo original. Aquí hay algunos de los problemas con el plan del Congreso: Bajo su plan, uno de cada tres niños que pasa a cobertura gubernamental dejaría de tener seguro privado. En otras palabras, millones de niños pasarían de un seguro de salud privado a un programa de gobierno. El plan del Congreso también transformaría un programa para niños pobres en uno que cubre niños en algunos hogares con ingresos de hasta $83,000. El plan del Congreso aumentaría los impuestos sobre las personas que trabajan. Y el plan del Congreso ni siquiera proporciona el financiamiento completo para todos los nuevos gastos. Si su plan llegara a ser ley, de aquí a cinco años el Congreso tendría que escoger entre eliminar a personas del S-CHIP – o aumentar los impuestos por segunda vez.
El plan S-CHIP del Congreso es un paso incremental hacia su meta de atención médica administrada por el gobierno para todos los estadounidenses. Una atención médica administrada por el gobierno privaría a los estadounidenses de la opción y la competencia que ofrece el mercado privado. Causaría enormes aumentos en los gastos del gobierno. Resultaría en racionamiento, ineficiencia y largas colas de espera. Sustituiría a la relación médico-paciente por una dependencia en los burócratas de Washington, D.C. Y es el camino equivocado para nuestro país.
El Congreso sabía que yo vetaría este proyecto de ley, sin embargo me lo enviaron de todos modos. Por lo tanto el miércoles puse mi veto al proyecto de ley S-CHIP. Y le pedí a los miembros del Congreso que se junten y trabajen conmigo sobre un proyecto de ley responsable que yo pueda firmar – a fin de mantener este importante programa al servicio de los niños pobres de Estados Unidos.
Cuando se trata de S-CHIP, debemos guiarnos por un principio claro: Poner primeros a los niños pobres. Les pido a los Republicanos y Demócratas en el Congreso que apoyen un proyecto de ley que elimine a los adultos de este programa para niños – y que cubra a niños que no sean elegibles para Medicaid, pero cuyas familias están luchando. Si poner primeros a los niños pobres requiere un poquito más del aumento del 20 por ciento que he propuesto en mi presupuesto para S-CHIP, estoy dispuesto a trabajar con los líderes en el Congreso para encontrar el dinero adicional.
En última instancia, la meta de nuestra nación deberá ser mover a los niños que no tienen ningún seguro de salud a una cobertura privada – no mover a los niños que ya tienen seguro de salud privado a una cobertura de gobierno. Trabajando juntos, los Republicanos y los Demócratas pueden fortalecer a S-CHIP, asegurar que alcance a los niños que lo necesitan, y encontrar maneras de ayudar a más familias estadounidenses a lograr la cobertura de salud privada que necesitan.
Gracias por escuchar.