The White House
President George W. Bush
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Oficina del Secretario de Prensa
9 de marzo de 2007

Declaraciones Del Presidente Bush Y El Presidente Lula de Brasil en una Conferencia de Prensa Conjunta
Hilton São Paulo Morumbi
São Paulo, Brasil

Viaje Del Presidente a América Latina

3:27 P.M. (Hora local)

PRESIDENTE LULA: (Como fue traducido al inglés.) Hay más periodistas aquí que en el Óscar. (Risas.) Pero los artistas no son exactamente tan apuestos como los que reciben el Oscar.

Su excelencia, señor George Bush, Presidente de Estados Unidos de Norteamérica; miembros de las delegaciones estadounidenses y brasileñas; gobernador de São Paulo, José Serra; nuestro estimado presidente de Petrobras, el señor Gabrieli; ministros; periodistas; amigos míos; damas y caballeros:

Esta segunda visita por el Presidente Bush a Brasil en poco más de un año es otro paso para intensificar el diálogo entre nuestros gobiernos y nuestros países. Éste es un diálogo que se inició incluso antes de que yo asumiera el mando, cuando el Presidente Bush me recibió en la Casa Blanca en diciembre del 2002. Durante las reuniones y llamadas telefónicas frecuentes que hemos tenido desde entonces, nuestra relación siempre se ha caracterizado por su suma franqueza, respeto mutuo y un espíritu constructivo.

Nuestras sociedades son multiétnicas. Muchas culturas e ideas conviven dentro de ellas. Fueron fundadas sobre los principios del pluralismo, tolerancia y respeto por la diversidad. El hecho que nuestros gobiernos se respetan uno al otro, mutuamente, explica el excelente momento por el que está pasando la relación entre Brasil y Estados Unidos. También revela el gran potencial para la cooperación entre nuestros países, si podemos continuar avanzando hacia objetivos comunes.

Ésta ha sido la base de las conversaciones que sostuvimos hoy, cuando conversamos sobre nuestra extensa agenda bilateral y evaluamos las mejores maneras para tratar asuntos regionales y multilaterales. Históricamente, la relación entre Brasil y Estados Unidos ha ido más allá de los gobiernos individuales al mando de cualquiera de nuestros países. Una prueba de esto es la gran variedad de relaciones entre los líderes empresariales, representantes de la sociedad civil y ciudadanos de nuestros dos países.

Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial individual y el mayor inversionista en Brasil. Durante mi primer periodo de gobierno, el comercio entre nuestros países aumentó más de 50 por ciento; las inversiones de Estados Unidos en Brasil aumentaron al doble durante la última década. Las empresas brasileñas son cada vez más activas dentro de la economía estadounidense. Junto con la importante comunidad brasileña que vive allá, están contribuyendo a generar empleo e ingresos en ese país.

Damas y caballeros, Brasil se enorgullece de haber contribuido a la decisión por el gobierno de Estados Unidos de aumentar la porción de biocombustibles en su mezcla de energía. Recuerdo el entusiasmo del Presidente Bush cuando se enteró por primera vez del éxito de Brasil con los biocombustibles en la reunión que tuvimos en Brasilia en el 2005.

Aquí en Brasil, tenemos un programa sumamente exitoso, considerado un modelo, que es el resultado de la inversión de más de 30 años en investigación y desarrollo. Es un programa que combina el respeto por el medio ambiente con la preservación e intensificación de la seguridad de los alimentos de nuestra sociedad. Es un programa que tiene un importante impacto social debido a su capacidad de generar empleo, robustecer la agricultura familiar y distribuir los ingresos.

Éste es un campo en que nuestros dos países pueden cooperar. El memorando de entendimiento sobre biocombustibles que nuestros ministros firmaron hoy es un paso decisivo en esa dirección. Al unir esfuerzos, Estados Unidos y Brasil pueden promover más la democratización de la energía y llevar biocombustibles a todos.

Una de las tareas más complejas que enfrentamos será asegurar el acceso a centros importantes de consumo. Brasil espera que el mercado de etanol se beneficie del libre comercio, libre de proteccionismo. Ésa es la única manera en que los combustibles del futuro podrán promover el desarrollo sostenible. También beneficia a los pobres y a los países en desarrollo, al hacer del comercio un factor de prosperidad para todos. Esto será un desafío, lo cual conversé extensamente con el Presidente Bush. Es necesario que eliminemos los desequilibrios que restringen el comercio mundial y que agravan la asimetría del mundo actual.

Le expresé al Presidente mi opinión de que estamos más cerca que nunca a una conclusión exitosa de las negociaciones de la Rueda de Doha. Todos deben salir ganando, con un acuerdo ambicioso y equilibrado, especialmente los países más pobres; se crearían más oportunidades de crecimiento y desarrollo en las regiones más pobres del mundo. El comercio internacional agrícola aumentaría, reduciendo por lo tanto la pobreza, generando empleo e ingresos en los países y regiones menos favorecidos.

Es por eso que le repetí al Presidente Bush mi voluntad de participar en una reunión en cualquier parte del mundo para congregar a los líderes si esto puede ayudarnos a superar las dificultades finales entre nosotros y un acuerdo realmente histórico.

Mi estimado señor Presidente, su visita a Brasil coincide con un momento excepcional por el que atraviesa nuestro continente, particularmente Sudamérica. Las dictaduras que asolaron nuestra región durante dos décadas no son sino recuerdos dolorosos del pasado. Todos los gobiernos de Sudamérica han surgido de elecciones libres con extensa participación popular. Todos ellos están trabajando en proyectos a favor de un crecimiento con distribución de ingresos, proyectos capaces de poner fin a las terribles desigualdades sociales que heredamos y que fueron agravadas por las aventuras macroeconómicas del pasado. Finalmente, todos nos hemos comprometido en un proyecto a favor de la integración de Sudamérica.

Los países de nuestra región han asociado su destino con el del Mercosur y el de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Sabemos que la integración es el mejor camino para afianzar la democracia y lograr la prosperidad regional. Crea riqueza y promueve el desarrollo. Garantiza una presencia más soberana de nuestra región en el mundo. Nuestra integración está teniendo lugar entre naciones independientes, donde la diversidad y la tolerancia también son factores de fortaleza.

Respetamos las opciones políticas y económicas de cada país. Esto nos ha permitido alcanzar logros notables: aumentar el comercio, realizar obras de infraestructura, reforzar nuestra seguridad energética, el bienestar de nuestras sociedades y unir más a los pueblos que serán capaces de avanzar por su propio camino. La integración también abre el camino para la inversión de fuera de la región en el campo de la infraestructura, y tendrá un efecto multiplicador en nuestras economías, dándole dinamismo a todo tipo de intercambio.

Señor Presidente, la redemocratización y el logro de la libertad política no fueron suficientes para mantener a millones de brasileños y latinoamericanos fuera de una situación de extrema pobreza. Es por eso que todos los gobiernos en nuestra región han implementado programas para el desarrollo de nuestros países y la lucha contra la exclusión social. Nosotros, los presidentes, debemos pensar sobre la vida de las personas que más sufren y que, además de tener la democracia para elegir a sus gobernantes, también tienen el derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, al orden público, a criar a sus hijos como ciudadanos. Todos sabemos que la democracia política prospera cuando tenemos desarrollo económico y social, cuando erradicamos la pobreza, cuando combatimos la exclusión y las desigualdades sociales.

Es por eso, mi estimado Presidente Bush, que su visita a Brasil -la segunda visita en un periodo muy corto- hace posible que el pueblo estadounidense y el brasileño, y creo que todo el pueblo latinoamericano, tengan la oportunidad de no estar lejos de sentar un nuevo estándar para las relaciones entre naciones, para poder conversar libre y soberanamente sobre las maneras en que los países ricos pueden ayudar a los países más pobres a desarrollarse, y lo que es más importante, para garantizar que la democracia sea el motivo por el cual los beneficios de la riqueza, la generación de la propia riqueza y los beneficios sociales que el pueblo necesita, puedan justificar plenamente la ardua lucha por lograr la democracia en nuestro continente.

Presidente Bush, me gustaría concluir diciéndole que Brasil está consciente del significado de la integración de Sudamérica; Brasil está consciente del significado de la integración de América Latina, así como Brasil está consciente del significado del acercamiento de Brasil con África, y también del acercamiento de Estados Unidos con África. Considero que Estados Unidos y Brasil, trabajando juntos, podrían desarrollar ciertos. llevar a cabo ciertos proyectos que podrían significar que los países más pobres puedan ofrecer la certeza de que la gente no vería a los países más ricos solamente como explotadores, sino vería a los países más ricos del mundo de otra manera.

Y es por eso que la Rueda de Doha es importante. Es por eso que el acuerdo de la OMC es importante. Y veo que su ministro negociador está aquí, el representante comercial de Estados Unidos está aquí. Mi ministro está aquí, y creo que les debemos dar sólo una indicación: Llegar a un acuerdo lo antes posible, porque si Estados Unidos y Brasil llegan a un entendimiento, será más fácil para nosotros convencer a quienes aún no participan en ese acuerdo.

Deseo darle las gracias y decir que esta relación entre Brasil y Estados Unidos, es una relación con una larga tradición, consagrada por las décadas del tiempo, y continuará afianzándose en la medida que nos respetemos mutuamente, en la medida que cada uno respete la decisión política soberana de cada Estado, y en la medida que podamos desarrollar juntos proyectos que puedan ayudar a otros países a salir de la situación de pobreza en la que se encuentran.

Muchas gracias, Presidente Bush, por su visita a Brasil.

PRESIDENTE BUSH: Estaba deseoso de regresar y hablar con usted, porque cada vez que sostenemos una conversación sobre nuestras preocupaciones y oportunidades mutuas, es un diálogo constructivo y positivo.

Yo respeto al Presidente Lula. Evidentemente, el pueblo de Brasil lo respeta. Al fin y al cabo, usted ganó con una victoria electoral abrumadora, y lo felicito por su elección, pero yo no había. no había regresado a su país desde las elecciones. Considero que es estupendo poder decir que un buen amigo fue reelegido, porque esto confirma el hecho de que la democracia vive y prospera en Brasil. Y Brasil sirve como un gran ejemplo para otras democracias sobre lo que es posible y lo que es importante.

Muchas gracias por la visita a la planta de biocombustibles hoy. Considero que es interesante, como dije allá en la planta, que se invierta mucho tiempo y muchas conversaciones en examinar las maneras en que podemos trabajar juntos para promover fuentes alternativas de energía. A Estados Unidos le conviene que promovamos fuentes alternativas de energía. Y Brasil nos ha mostrado lo que es posible.

Y, entonces, Señor Presidente, agradezco mucho su liderazgo en este asunto. Yo le hablé a mi país sobre la necesidad de que reduzcamos nuestro consumo de gasolina en 20 por ciento durante 10 años; que tendremos 35,000 millones de galones de combustibles alternativos para el año 2017. Pienso que éste es un objetivo factible. Ustedes han mostrado lo que es posible. Espero que nuestros países compartan pronto sus investigaciones. Espero que podamos continuar explorando oportunidades.

Comparto su preocupación de que los pueblos con democracias no reciben los beneficios de la democracia. Creo que fue muy acertado lo que dijo al reconocer que la fortaleza de la democracia está íntimamente relacionada al sentimiento del pueblo que percibe que la sociedad los beneficia. Parte del mensaje que llevaré en mi viaje a Sudamérica, y luego a Guatemala, como también a México, es decirles que el pueblo estadounidense se preocupa profundamente por la justicia social, que creemos en la educación y salud, que creemos que se debe apoyar programas que ayuden a elevar el actual nivel de vida de las personas, y que queremos ayudar.

Muchísimas gracias por nuestro sólido diálogo sobre el comercio exterior. Resulta que Estados Unidos y Brasil están en el centro del debate de la OMC; que si nos mostramos desalentados por las reuniones sobre comercio, una parte considerable del mundo se sentirá desalentada por las reuniones sobre comercio; que si no podemos trabajar juntos en las reuniones de la OMC, el mundo no podrá trabajar en conjunto en las reuniones de la OMC. Y es por esa razón que nuestra conversación fue crucial, porque la OMC necesita que la Rueda de Doha tenga éxito, por una serie de razones, entre las más importantes, el hecho que el programa más efectivo en la lucha contra la pobreza es el comercio.

Y, entonces, yo me comprometo a lo mismo que ustedes se acaban de comprometer, y esto es, que trabajaremos juntos. Encerraremos a nuestros ministros de comercio en una sala, todo esto con el propósito de lograr avances en esta importante rueda (de conversaciones).

Yo comparto su optimismo respecto a lo que se puede lograr. Requerirá mucho trabajo. Pero les advierto a los otros países que si Estados Unidos y Brasil llegan a un acuerdo, eso no los absuelve de tener que hacer las concesiones necesarias para que todos ganen en estas negociaciones comerciales.

Algo que creo firmemente es que considero que Estados Unidos necesita ser más abierto con los estudiantes que vienen a nuestro país. Y converso mucho con la secretaria Rice sobre este tema, y espero que muchos estudiantes brasileños vayan a Estados Unidos de Norteamérica. Creo que ustedes encontrarán que es una oportunidad fantástica para estudiar y aprender. Y nos conviene que las personas vayan y vean cómo somos, hacer que las personas vengan y vean lo bondadoso que es el pueblo estadounidense.

Hablamos sobre política exterior en nuestras conversaciones. Dedicamos un tiempo al tema de Centroamérica, y uno de los mensajes que les enviaremos a nuestros amigos centroamericanos es que una de las maneras de contribuir al desarrollo de sus países es que adopten las industrias de etanol y biodiesel.

Conversamos sobre Haití, y felicito al Presidente por su firme liderazgo al aceptar las responsabilidades de ayudar a Haití. Brasil ha sido un gran líder al ayudar a proporcionarles estabilidad y enviar tropas. Yo sé que es un esfuerzo, señor Presidente, pero usted tomó una decisión difícil, y es una decisión humanitaria, y es una decisión decente, y el pueblo de Brasil debería estar orgulloso de su liderazgo en este importante asunto.

Conversamos sobre África. El Presidente y yo compartimos un profundo interés en África. Hablamos sobre la manera en que podemos realizar un trabajo conjunto en proyectos específicos dirigidos a ayudar a la gente. Y, entonces, nuestros ministros de relaciones exteriores hablarán sobre programas específicos - un proyecto conjunto brasileño-estadounidense para ayudar a eliminar la pobreza y mejorar la vida de la gente.

Le agradezco su liderazgo. La gente probablemente no entienda esto, pero yo paso mucho tiempo analizando asuntos mundiales, y en todo el mundo hay un profundo respeto por el Presidente de este país. La gente lo escucha. Habla de una manera clara, pero habla sobre la base de valores nobles.

Y, entonces, Señor Presidente, estoy muy contento de que esté aquí. quiero decir, muy contento de estar aquí. No veo las horas de darle la bienvenida a Estados Unidos en unas pocas semanas en Camp David, para poder continuar nuestro diálogo y nuestra conversación sobre cómo podemos llevar a cabo un trabajo en conjunto para el bienestar común.

Gracias.

PRESIDENTE LULA: Muchísimas gracias. Como se acordó previamente, tendremos dos preguntas de los periodistas brasileños y dos de los periodistas estadounidenses. Le cedo la palabra a la Rede Record de Televisão para la primera pregunta.

P ¿Cómo podemos creer que sean factibles estas posibilidades, estas obligaciones a las que usted se está comprometiendo, de negociar la apertura de la Rueda de Doha, cuando usted tuvo, muy recientemente, una experiencia infructuosa al negociar el FTAA (Zona de Libre Comercio de las Américas o Free Trade Area of the Americas)? Entonces, ¿qué ha cambiado ahora en las negociaciones de comercio? ¿Tratará de hablar el mismo idioma, a pesar de la diferencia entre el portugués e inglés, pero tratará de hablarles el mismo idioma al resto del mundo, que estos dos países están dispuestos a negociar? ¿Por qué esta negociación es distinta en este momento? Y quizá su reunión en Washington sea otra oportunidad para fijarle una fecha límite a las negociaciones. Quizá pueda lograr un compromiso para fines de este mes.

PRESIDENTE BUSH: Primero, considero que las fechas límites son un tanto peligrosas cuando dos países las fijan, y nosotros estamos negociando con muchos otros países. Recuerde, nosotros podemos llegar a un acuerdo, pero si otros socios comerciales no están de acuerdo, súbitamente, nuestros esfuerzos están destinados al fracaso. Me siento optimista de que lo podemos lograr. Por lo tanto, creo que debemos ser cautelosos y no crear condiciones que serán. para que el mundo diga, ah mira, fracasaron.

Ya que hablamos del FTAA. y Estados Unidos ha entrado en una serie de acuerdos, como lo ha hecho Brasil. En otras palabras, existen muchos. se está llegando a muchos acuerdos bilaterales y regionales. Y, entonces, sólo porque tuvimos dificultades para poner en vigor el FTAA, esto no debe desalentarnos para tratar de lograr algo internacionalmente. Quiero decir, al fin y al cabo, se han obtenido muchos logros en ese frente de comercio en particular.

Y no hay duda de que fue difícil con el FTAA, y no hay duda de que será difícil con Doha. Pero lo que es importante sobre Doha es que es. realmente es, una oportunidad para. para que el mundo se una para ayudar a erradicar la pobreza en el mundo. Y existe una razón de peso para seguir tratando de hacerlo.

Y, entonces, no estoy desanimado en lo más mínimo por fracasos anteriores, ni me siento demasiado optimista porque tuvimos muchos éxitos en los acuerdos de comercio. Soy realista y sé que es trabajo duro, pero se va a requerir del liderazgo de Brasil y de Estados Unidos para seguir intentando y ver si podemos llegar a un acuerdo positivo.

PRESIDENTE LULA: Bueno, mi estimado amigo Celso, primero que nada, lograr un acuerdo entre naciones no es tan simple. La complejidad de los problemas económicos, así como los problemas políticos y sociales que intervienen en las decisiones finales, pueden tener resultados desastrosos o extraordinarios. Creo que hemos conversado extensamente sobre la rueda de Doha en meses recientes y creo que estamos avanzando. Estamos avanzado sobre tierra firme para encontrar la oportunidad del llamado punto G y llegar a un acuerdo. Estoy convencido de la voluntad, como lo dijo el presidente Bush, si tanto Brasil como Estados Unidos encuentran un punto de equilibrio en el que podemos hacer ofertas a los otros países. porque Estados Unidos tenía una ventaja en esta negociación. Hay mucha gente que depende de las negociaciones que hace Estados Unidos, pero negocian a nombre propio. Nosotros, en Brasil, tenemos que negociar junto con el G-20. Y la Unión Europea es un grupo de países. Así que pueden ver que nosotros, además de convencer a socios más ricos, también tenemos que convencer a socios más pobres para que acepten un acuerdo.

Aceptamos este desafío, lo asumimos. Estamos asumiendo ese desafío porque, en este momento, el éxito de las negociaciones ya no es sólo de naturaleza económica. Ya no es sólo cuestión de quién va a ganar o perder económicamente. El problema ahora es eminentemente político. El problema ahora es si, como líderes del mundo, vamos a ser capaces o no de decidir, para bien o para mal, el futuro de millones de seres humanos que dependen de este acuerdo. Estoy convencido de que vamos a lograrlo.

En segundo lugar, no podemos comparar lo que estamos negociando ahora en la rueda de Doha con las conversaciones sobre el FTAA. Por supuesto, ustedes cubrieron mi campaña del 2002 y ustedes vieron cuántos discursos pronunci en contra del FTAA en el 2002, cuando fui elegido por primera vez. Yo y casi todos los candidatos presidenciales que estábamos en campaña en Sudamérica estábamos en contra, porque creíamos en el fortalecimiento del Mercosur. Y lo logramos. Creíamos, antes que nada, en el fortalecimiento de la integración en Sudamérica como prioridad primordial. Y hoy, la mayor parte del comercio de Brasil es con el resto de América Latina.

Ésta es una demostración de que hemos dado pasos importantes, y eso no quiere decir que no podemos llegar a tantos acuerdos bilaterales como sea posible entre Brasil y Estados Unidos, otros países y Estados Unidos, y otros países con Brasil. Concretamente, cuando se está negociando, los números se van acumulando y ningún país quiere ser el primero en hacer una oferta. Es como jugar a las cartas: si se pone una carta en la mesa, ya no se la puede retirar. Y nadie quiere hacer la primera oferta.

Por supuesto, el Presidente Bush tiene una oferta en la manga, Brasil tiene otra en el bolsillo del chaleco, la Unión Europea tiene una escondida en algún lugar. Y otros ni siquiera quieren participar. Pero estoy seguro de que él y yo tenemos nuestras cartas listas, porque queremos participar. Entonces, en algún momento, vamos a poner nuestras cartas sobre la mesa y vamos a ver si somos capaces o no de llegar a un acuerdo.

Quiero decirles que estoy convencido de que podemos llegar a un acuerdo. Ciertamente no vamos a conseguir todo lo que queramos, pero será suficiente para continuar alentando al resto del mundo, especialmente a los países más pobres, de que tendrán las oportunidades en este siglo XXI que no tuvieron en el siglo XX.

P Señor Presidente Bush, Hugo Chávez de Venezuela viene usando la vasta riqueza petrolera de su país para cortejar a toda una nueva generación de latinoamericanos. Usted básicamente evita nombrarlo. Él ciertamente lo menciona mucho a usted, incluso hoy dijo "Vete a casa, gringo". ¿Usted cree que una visita a América Latina y acuerdos como los que firmó hoy ayudarán a contrarrestar su influencia o sólo le darán más armas contra usted?

Y al Presidente Lula da Silva, ¿le fue posible persuadir al Presidente Bush para que lo ayude a lograr que nuestro Congreso le baje los aranceles al etanol de azúcar?

PRESIDENTE BUSH: Ésa se la voy a contestar y él puede contestar también. No va a pasar. La ley tiene vigencia hasta el 2009 y luego el Congreso la acepta. la revisaremos cuando termine su vigencia.

Tal vez quiera ampliar la respuesta.

Con respecto a mi viaje, traigo la buena voluntad de Estados Unidos a Sudamérica y Centroamérica. Por eso estoy aquí. Y no creo que a Estados Unidos se le reconocen suficientemente sus intentos de ayudar a mejorar la vida de la gente. Y mi viaje es para explicar, lo más claramente posible, que nuestra nación es generosa y compasiva; que cuando vemos pobreza, nos preocupa; que cuando vemos analfabetismo, queremos hacer algo al respecto; que cuando encontramos deficiencias en la atención de salud, ayudamos en la medida de lo posible.

Estoy seguro de que mucha gente aquí en Sudamérica no comprende que Estados Unidos ha aumentado al doble su ayuda bilateral a países de Centroamérica y Sudamérica desde que soy presidente. Ha pasado de $800 millones a $1,600 millones el año pasado. Y lo digo no sólo para jactarme de los dólares, sino que es el punto de partida para que la gente comprenda que esta nación está comprometida con esta perspectiva: Estados Unidos se interesa en la prosperidad de la región, nos interesa la paz en la región

Y entonces, comprendemos plenamente que si hay analfabetismo, eso afectará en algún momento a nuestro país. Además, el pueblo estadounidense es muy compasivo y le preocupan los derechos humanos y la dignidad humana. Voy a ver algunos programas aquí después de la conferencia de prensa, todos orientados a elevar la calidad de vida de los ciudadanos, todos enfocados en las personas y la mejor manera de ayudarlas.

Hay mucha inversión en la región, como señaló el Presidente. Ah, para algunos ésa es una palabra sofisticada, pero para quienes se benefician de la inversión porque genera empleo, es un aspecto central en su vida. Y mi viaje aquí es para recordarle a nuestro país que Sudamérica y América Latina son buenos lugares para invertir, particularmente en países donde impera la ley y hay transparencia y se cree en los fundamentos de la libertad.

Por eso le recuerdo a mi gente lo que es bastante evidente, que mucha gente sabe que hay lazos directos entre nuestros países. Hay muchas remesas de dinero desde Estados Unidos a la región. ¿Por qué? Porque hay gente que trabaja para ganarse la vida en nuestro país y envía dinero a su país para ayudar a su familia. Así que este viaje es para recordarle a la gente de los lazos que nos unen, y de la importancia de esta región para el futuro de Estados Unidos. Y me complace realmente estar aquí y les agradezco la hospitalidad.

La siguiente pregunta.

P Mi pregunta es para el Presidente Bush, si está de acuerdo que, en años recientes, Estados Unidos realmente le dio la espalda a América Latina. Y si es así, ¿qué se puede hacer para reparar las pérdidas del pasado en los últimos años de su presidencia?

Y para preguntarle también al Presidente Lula, ayer usted calificó de viles a los subsidios estadounidenses. Entonces, si realmente decidió poner a dos ministros en una sala para llegar a un acuerdo, ¿recibió alguna señal de que es posible reducir los subsidios internos de Estados Unidos a sus agricultores?

PRESIDENTE BUSH: Bueno, discrepo totalmente con su descripción de la política exterior de Estados Unidos. Eso lo puede decir la gente, pero no es lo que demuestran los hechos. Les acabo de decir que nuestro paquete de asistencia bilateral ha aumentado al doble.

Nuevamente, reconozco plenamente que el dinero por sí solo no es una señal de compasión o interés, pero es dinero para ayudar a la gente a mejorar su vida. Es dinero a favor de la justicia social. La mayoría del dinero que otorgamos como ayuda bilateral va a programas educativos, programas de salud.

Voy a. cuando vaya a Guatemala iré a. voy a salir de la capital y ver a nuestros militares construyendo clínicas. El USS Comfort se dirige a la región para proporcionar atención de salud a miles de personas que necesitan cuidados médicos. Capacitamos maestros, capacitamos médicos, capacitamos enfermeros. Entonces, la caracterización de que les volvimos la espalda es sólo. los hechos demuestran lo contrario. Puede ser una percepción, pero los hechos ciertamente la contradicen.

Y por eso he venido. He estado en este gran país dos veces en poco tiempo, todo con el objetivo de enviar el mensaje de que nos preocupamos mucho por la región. Y las relaciones entre nuestros gobiernos son sólidas; tenemos una relación abierta; el diálogo es amistoso. No estamos de acuerdo 100 por ciento en todos los temas, sin embargo, los asuntos que sacamos a colación los discutimos de manera constructiva. Es increíble lo que se puede hacer en lo que respecta a resolver problemas si hay un sentimiento de respeto mutuo, y una prioridad.

Es fácil restarle importancia a la política exterior de Estados Unidos en la región, pero piensen en esto: Hay millones de personas de la región viviendo en nuestro país. Estados Unidos es una sociedad multicultural. Tenemos personas de todo Centroamérica y Sudamérica viviendo en Estados Unidos, muchos de ellos legalmente, muchos ilegalmente, lo cual, dicho sea de paso, es un argumento a favor del plan de reforma integral de la inmigración que le enseñe a la gente con respeto y dignidad. Es uno de los temas más importantes que he sometido ante el Congreso, que se apruebe un plan integral de inmigración.

Le agradezco su pregunta y me complace estar aquí para poder contestarla.

PRESIDENTE LULA: En términos de la pregunta del periodista estadounidense, preguntó si pude convencer al Presidente Bush de que reduzca los aranceles. Si fuera capaz. si tuviera la capacidad de persuasión que usted cree que tengo, quién sabe, habría convencido al Presidente Bush para que haga muchas otras cosas que ni siquiera podría mencionar aquí.

Esto es un proceso. No hay diferencia en procesos de negociación como éste y las negociaciones normales entre seres humanos. Llega el momento en que miras a la persona a la cara y dices: qué mal me cae esta persona. Y unos meses después puede ser tu mejor amigo y fue un error decir que te caía mal. Así que no pienso que un país debe renunciar a lo que protege su comercio porque alguien se lo pide. Tiene que haber un proceso de convencimiento, muchas conversaciones. Y llegará el día en que esa conversación madurará y entonces podremos encontrar un común denominador que nos permita llegar a un acuerdo.

En términos del periodista del diario O Globo, su pregunta. hoy tenemos un problema con lo que está en juego. Supe por mi ministro, Celso Amorim, que si dibujamos un triángulo, les podemos mostrar las dificultades que hay en las negociaciones que estamos realizando. ¿Qué le piden los países a la Unión Europea? Quieren que a los países más pobres se les facilite el acceso al mercado agrícola (europeo) para poder exportarles, e incluso Estados Unidos desea exportarles.

¿Qué queremos de Estados Unidos? Queremos que reduzcan los subsidios que pagan en su mercado interno. ¿Y qué quieren Estados Unidos y la Unión Europea de los brasileños y otros países del G-20? Que les demos mayor flexibilidad y acceso a los mercados de productos industriales y servicios. Eso es lo que está en juego.

Si somos suficientemente inteligentes y capaces para sacar de nuestro chaleco los números que todavía mantenemos en secreto, como máximos secretos de estado, entonces encontraremos un terreno común. No me pregunten cuál es ese número. Si lo supiera no se los diría, porque si lo supiera, luego establecería un paradigma, y luego él diría que debo retroceder un poco. Por eso estos números no se muestran, así como un jugador de fútbol cuando va a patear el gol de penal, nunca dice hacia qu rincón va a patear. Pero las cosas se están dando. Están en proceso. Por supuesto, hay pesimistas acerca de todo en este mundo. Ése sí que no es un problema.

Y en tercer lugar, lo que le quiero decir al Presidente Bush, si me permite decirle una sola cosa. Con el tiempo me he convencido más y más, y se lo he dicho a mis colegas de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y Centroamérica, se lo he dicho a los países africanos. que realmente no tenemos que hablar de ayuda para esos países. Lo que debemos conversar es algo mucho más importante que la ayuda. Necesitamos elaborar proyectos conjuntos, proyectos que traigan desarrollo, y que después de un tiempo, podamos ver resultados concretos del dinero invertido. Porque en algunos países, con el correr de los años, el dinero de ayuda no siempre lleva a resultados concretos porque no se controla bien cómo se gasta.

Estoy convencido que en los programas de biocombustibles, si somos lo suficientemente maduros, si comprendemos los elementos políticos, si podemos llevar a cabo proyectos conjuntos con otros países, con Estados Unidos, con la participación de Sudáfrica, China, India, los países europeos, y si financiamos los proyectos para producir biodiesel y etanol en países pobres, entonces los países ricos pueden comprar el biodiesel que produzcan allí, entonces veremos que la inversión hecha en esos países producirá resultados, y lo que es más importante, generará empleo. Porque nada es más importante. para un hombre o una mujer que saber que tiene un empleo y puede llevar algo de dinero a casa a fin de mes.

Creo que eso es lo que podemos hacer, y le dije al Presidente Bush que lo podemos hacer en Centroamérica. Podemos elaborar proyectos de desarrollo para los países más pobres. Luego, después de cinco, diez años, podremos ver que algo se hizo para generar riqueza. Eso, en mi opinión, es la verdadera manera, la manera más importante en que los países más ricos pueden ayudar a los países más pobres.

P Señor Presidente, los iraquíes van a tener su conferencia regional mañana. ¿Cuáles son sus expectativas al respecto? ¿Y ahora está dispuesto a hablar directamente con Irán y Siria en esta reunión?

EL PRESIDENTE: Las expectativas son que las naciones de la región, junto con los países del mundo, reconozcan que la democracia puede llevar a la paz, y que cuando 12 millones de personas votan por vivir en una sociedad libre, a todos nos conviene ayudarlos a hacer realidad los frutos de una sociedad libre. Ésas son las expectativas, es decir, el compromiso de ayudar a esta joven democracia a sobrevivir y prosperar.

Nuestro mensaje a los sirios y los iraníes no va a cambiar en esa reunión, que será lo que dije públicamente, que es: Esperamos que ayuden a esta joven democracia. Y nos defenderemos y defenderemos al pueblo de Iraq de. de las armas que envían para causar daño; que nos protegeremos y ayudaremos al pueblo iraquí a defenderse de quienes asesinan a inocentes para lograr objetivos políticos.

Y es una reunión positiva, Steve, especialmente para el Primer Ministro Maliki y su gobierno, porque esos países participarán en una reunión bastante formal para expresar su respaldo. Y es positiva porque es importante que el pueblo iraquí, que ha sufrido tanto, escuche lo que los otros países del mundo dicen: Apreciamos su valentía, apreciamos su voluntad de arriesgarse por la libertad. Y veremos cómo sale, pero me complace haber apoyado el pedido del Primer Ministro para que esta reunión se lleve a cabo.

Señor Presidente, gracias. Sus conferencias de prensa son agradables. Le agradezco a la prensa brasileña por su presencia. Me alegra que la prensa estadounidense se haya portado bien. Tengan cuidado, que tal vez pasen mucho tiempo en los bares de por aquí. (Risas.)

Bueno, gracias.

END 4:12 P.M. (Local)


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