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Office of the Press Secretary
24 de febrero de 2004
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE
The Roosevelt Room
10:43 A.M. EST
EL PRESIDENTE: Buenos días. Hace ocho años, el Congreso aprobó y el Presidente Clinton promulgó la Ley de Defensa del Matrimonio (Defense of Marriage Act), que definía el matrimonio para fines de las leyes federales, como la unión legal entre un hombre y una mujer como esposo y esposa.
La ley fue aprobada por la Cámara de Representantes con un voto de 342 a 67, y por el Senado con un voto de 85 a 14. Aquellos votos del Congreso y la aprobación de leyes similares de defensa del matrimonio en 38 estados expresa un consenso abrumador en nuestro país a favor de proteger la institución del matrimonio.
En meses recientes, sin embargo, algunos jueces activistas y funcionarios locales han intentado enérgicamente redefinir el matrimonio. En Massachusetts, cuatro jueces del tribunal superior han indicado que ordenarán que se emitan licencias de matrimonio a solicitantes del mismo género en mayo de este año. En San Francisco, los funcionarios de la municipalidad han emitido miles de licencias de matrimonio a personas del mismo sexo, violando el código familiar de California. Ese código, que define claramente el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, fue aprobado abrumadoramente por los votantes de California. Un condado de Nuevo México también ha emitido licencias de matrimonio a solicitantes del mismo género. Y a no ser que se tomen medidas, podemos esperar más decisiones arbitrarias de las cortes, más litigación, más desafío de la ley por funcionarios locales, todo lo cual contribuye a la incertidumbre.
Después de más de dos siglos de jurisprudencia estadounidense y milenios de experiencia humana, unos cuantos jueces y funcionarios locales presumen cambiar la institución más fundamental de la civilización. Sus acciones han creado confusión sobre un asunto que requiere claridad.
Cuando se trata de un asunto de tal importancia, se debe escuchar la voz del pueblo. Las cortes activistas le han dejado un solo recurso al pueblo. Si hemos de prevenir que el significado del matrimonio cambie para siempre, nuestra nación debe sancionar una enmienda constitucional para proteger el matrimonio en los Estados Unidos. Son necesarias medidas decisivas y democráticas, porque los intentos de redefinir el matrimonio en un solo estado o ciudad podrían tener consecuencias graves en todo el país.
La Constitución dice que se le debe honrar plenamente en cada estado los actos y documentos públicos, y los procesos judiciales de todos los otros estados. Aquellos que desean cambiar el significado del matrimonio reclamarán que esta disposición requiere que todos los estados y las ciudades reconozcan con los matrimonios con personas de mismo sexo se celebren en todo Estados Unidos. El Congreso trató de abordar este problema en la Defense of Marriage Act, al declarar que ningún estado debe aceptar la definición del matrimonio de otro estado. Mi gobierno defenderá enérgicamente este acto del Congreso.
Sin embargo, no existe ninguna garantía que la propia Defense of Marriage Act no será anulada por los tribunales activistas. En dicho caso, cada estado se vería forzado a reconocer cualquier relación que los jueces en Boston o los funcionarios en San Francisco decidan denominar un matrimonio. Además, incluso si la Defense of Marriage es ratificada, la ley no protege el matrimonio dentro de cualquier estado o ciudad.
Por todos estos motivos, la Defense of Marriage requiere una enmienda constitucional. Una enmienda a la Constitución nunca debe realizarse con poca seriedad. El proceso de enmiendas ha tratado muchos asuntos graves de trascendencia nacional. Y la preservación del matrimonio alcanza este nivel de importancia nacional. La unión entre un hombre y una mujer es la institución humana más perdurable, que honra. honrada y fomentada por todas las culturas y por todas las religiones. Eras de experiencia le han enseñado a la humanidad que el compromiso entre un esposo y una esposa de amar y servir al otro promueve el bienestar de los hijos y la estabilidad de la sociedad.
El matrimonio no puede desligarse de sus raíces culturales, religiosas y naturales sin debilitar la buena influencia en la sociedad. El gobierno, al reconocer y proteger el matrimonio, favorece los intereses de todos. Hago un llamado al Congreso para que apruebe prontamente y envíe a los estados para su ratificación una enmienda a nuestra Constitución que defina y proteja el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer como esposo y esposa. La enmienda debe proteger el matrimonio plenamente y a la vez permitir que las legislaturas estatales tengan la libertad de tomar sus propias decisiones que definan arreglos legales diferentes al matrimonio.
Estados Unidos es una sociedad libre, que limita la función del gobierno en las vidas de nuestros ciudadanos. Sin embargo, este compromiso a la libertad no requiere la redefinición de una de nuestras instituciones sociales más fundamentales. Nuestro gobierno debe respetar a cada persona y proteger la institución del matrimonio. No existe contradicción entre dichas responsabilidades. También deberíamos llevar este difícil debate de una manera digna de nuestro país, sin amargura ni ira.
En todo lo que está por delante, acompañemos las convicciones firmes con la bondad y la buena voluntad y la decencia.
Muchísimas gracias.
END 10:48 A.M. EST