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Office of the Press Secretary
September 5, 2001

Declaraciones del Presidente George Bush y del Presidente de Mexico Vicente Fox Durante la Cerremonia de Llegada
En el South Lawn

10:12 A.M. (Hora Estándar del Este)

PRESIDENTE BUSH: Sr. Presidente, Sra. Fox, miembros de la delegación mexicana, distinguidos invitados: En nombre del pueblo estadounidense, me honra darles la bienvenida a los Estados Unidos.

México fue el primer país que visité como Presidente. Hoy, tengo el privilegio de darle la bienvenida al Presidente Fox durante la primera visita de Estado de mi gobierno. Este es un reconocimiento que no existe una relación en el mundo de mayor importancia para los Estados Unidos que aquella que tenemos con México.

El punto de partida de una política exterior sólida es crear un vecindario estable y próspero, con buenas relaciones entre los vecinos. Los buenos vecinos trabajan juntos y se benefician de sus éxitos mutuos.

Sr. Presidente, usted es un patriota mexicano con una gran visión para un gran pueblo – una visión de justicia y prosperidad. Su elección marcó el renacimiento de la libertad para México y sirvió de ejemplo para el mundo entero. Estados Unidos se enorgullece de estar a su lado como su asociado y como su amigo.

Nuestras naciones tienen una oportunidad histórica de forjar una coalición auténtica basada en la confianza y en la libertad. Desde 1994, el Tratado de Libre Comercio entre nuestros dos países y Canadá ha creado millones de trabajos y ha mejorado millones de vidas. El Tratado de Libre Comercio sirve como un modelo de los beneficios que se hacen posibles cuando el comercio es libre. Actualmente, nuestras dos naciones trabajan juntas para ampliar los beneficios del comercio libre por todo nuestro hemisferio y por todo el mundo.

Nuestros intereses comunes, sin embargo, se extienden mucho más allá del comercio. Valoramos las contribuciones culturales que cada país aporta al otro. Apreciamos los lazos familiares que unen a tantos millones de nuestros ciudadanos. Entendemos que la frontera que compartimos en una región dinámica que nos une.

Entendemos que nuestras dos naciones deben colaborar en un espíritu de respeto y propósitos comunes para aprovechar las oportunidades y afrontar los retos de los asuntos que afectan las vidas de nuestros ciudadanos, entre ellos la migración, el medio ambiente, las drogas, el crimen, la corrupción y la educación. Y ambos gobiernos comparten un gran proyecto, un Hemisferio Occidental totalmente democrático que crece en prosperidad y comercia en libertad.

Hay quienes han descrito al siglo que acaba de transcurrir como el Siglo de los Estadounidenses. Ahora miramos hacia adelante. Tenemos la oportunidad de forjar un Siglo de los Americanos, en el cual todos nuestros pueblos, del Norte y del Sur, descubren la bendición de la libertad. Esta meta es digna de nuestras dos grandiosas naciones.

Un proverbio mexicano nos dice que aquel "que tiene un buen vecino tiene un buen amigo". Hoy, nuestros dos países están comprometidos a ser buenos vecinos y buenos amigos. Los amigos se tratan de buena fe, y discrepan con respecto. Los amigos se mantienen unidos durante épocas buenas y malas.

Más que nada, los amigos hacen resaltar lo mejor de cada uno. Actualmente, México y los Estados Unidos están haciendo resaltar lo mejor de cada uno – en el comercio, en la cultura, y en nuestra dedicación compartida a los valores democráticos. Estamos forjando una relación que es única en el mundo, una relación de una intimidad y cooperación sin precedentes. Y esta visita es un hecho memorable de esa travesía.

Presidente Fox, usted me acogió en su hogar en Guanajuato en febrero. Hoy, nos honra a Laura, a mí y al pueblo estadounidense darle la bienvenida a usted y a la Sra. Fox a la casa blanca de nuestro país. (Risas.) Gracias por venir. (Aplausos.)

PRESIDENTE FOX: Versión estenográfica de las palabras del Presidente Vicente Fox Quesada al agradecer la bienvenida que esta mañana le dio el Excelentísimo señor George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos de América, en los jardines de la Casa Blanca, en esta ciudad. Señor Presidente George Bush; Señora Laura Welch Bush; Señores y señoras; amigas y amigos:

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por esta cálida recepción y presentar a usted --señor Presidente-- y al pueblo de los Estados Unidos, el saludo fraterno, cariñoso y solidario del pueblo de México. Es un gran honor para mí encontrarme de nuevo en esta gran nación y tener el privilegio de disfrutar de su hospitalidad.

Llego hoy a Washington como Presidente de un México democrático, de un México resuelto a transformarse en una Nación próspera, segura, abierta al mundo; una Nación pujante y dinámica que busca no sólo estrechar sus lazos de amistad con los demás países, sino que también está resuelta a jugar un papel más activo en la conformación de la nueva arquitectura internacional.

Con toda convicción he dicho, en varias ocasiones, que nuestras dos naciones viven actualmente una era única en la historia de nuestras relaciones: una era plena de retos --que debemos enfrentar unidos-- y de oportunidades que podemos aprovechar juntos, pues sólo de esta manera seremos capaces de hacer realidad esa zona de prosperidad compartida que México y Estados Unidos están construyendo, junto con Canadá, en toda América del Norte.

Tenemos un comercio intenso. Hoy México compra a los Estados Unidos más productos y servicios que España, Alemania, Francia e Italia juntos.

Compartimos la frontera más dinámica del mundo, los contactos entre las ciudades y los estados fronterizos son crecientes y diversos y nuestras sociedades mantienen vínculos cada vez más estrechos y amistosos.

Queremos partir de todo ello para afianzar nuestros vínculos económicos, dando solución duradera y mutuamente beneficiosa a los desafíos que de manera natural sobrevienen en una relación tan compleja y dinámica como la nuestra.

Queremos consolidar nuestro intercambio cultural y educativo, conscientes de la riqueza de nuestras tradiciones, dando especial importancia al intercambio científico, tecnológico e informático.

Por supuesto también deseamos fortalecer en todos sentidos nuestra cooperación y tarea en el combate al narcotráfico y el crimen organizado.

Queremos continuar avanzado hacia el establecimiento de un acuerdo migratorio que nos beneficie mutuamente, que reconozca antes que nada el valor de los migrantes como personas y como trabajadores, cuya ardua labor contribuye cotidianamente a la prosperidad de esta gran nación.

Ha llegado la hora de dar a los migrantes y a sus comunidades el lugar que les corresponde en la historia de nuestras relaciones bilaterales. Ambos países les debemos mucho.

Ambos podemos construir, trabajando juntos, nuevas condiciones de equidad para ellos, así como de desarrollo y prosperidad para nuestras dos naciones.

Por ello debemos y podemos llegar a un acuerdo migratorio antes de fin de este mismo año, que nos permita antes de que terminen nuestros mandatos que no haya para entonces mexicanos indocumentados en Estados Unidos, y que aquellos mexicanos que ingresen a este gran país lo hagan con papeles.

Señor Presidente: Los valores que compartimos y los intereses que nos vinculan, deben reafirmar nuestro empeño por hacer de la relación entre México y Estados Unidos, un ejemplo de prosperidad y entendimiento.

Y esto sólo será posible si estamos dispuestos a fortalecer la confianza entre nuestras naciones, pues sólo mediante la confianza, podremos alcanzar las metas que nos hemos trazado.

Defendamos juntos los valores de la democracia y del respeto a los derechos humanos en nuestra región y en el mundo, entendamos el libre comercio como motor del crecimiento económico y fuente de un mejor nivel de vida para nuestras poblaciones, concibamos el desarrollo con justicia como una forma incluyente de prosperidad, hagamos del derecho y del respeto a la ley el marco indispensable del que depende la libertad y la seguridad de nuestros ciudadanos.

Avancemos juntos por la senda de la prosperidad con paso seguro y firme, como socios, como amigos, recordando aquella sentencia de Benjamin Franklin: "Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano".

Señor Presidente; Amigo mío: Usted me hizo el honor de visitarme en mi casa, en México; hoy me siento muy honrado de ser recibido aquí, en la Casa Blanca.

Muchas gracias. (Aplausos.)

FIN 10:37 A.M. (Hora Estándar del Este)


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